Este artículo los publicamos con motivo de la Cuaresma en Diario de Jerez (19/02/2016). En el se demuestra una vez más la necesidad de acudir a las fuentes primarias (en este caso el documento) antes de construir "castillos (historigráficos) en el aire", cosa que suele suceder cuando nos guiamos únicamente por lo que han dicho otros historiadores y no contrastamos sus afirmaciones. Todos nos podemos equivocar cuando razonamos, escribimos, tomamos notas, etc..., por eso es imprescindible no aceptar ciegamente lo ya escrito como un dogma intocable. Todo es susceptible de revisión, incluso nuestros propios escritos.
Gracias a la labor de estudio y puesta en valor de historiadores como Jesús Caballero Ragel, Francisco Antonio García Romero o, el recientemente fallecido, Alberto Cuadrado Román, la Sábana Santa del convento de La Merced, una de las 25 copias que de esta reliquia existen en España, ha salido en los últimos años de un largo periodo de postración y olvido.
Sin embargo, los pormenores de la llegada a nuestra ciudad continuaban en el terreno de las hipótesis. Se ha supuesto que la Sábana Santa se encontraba entre las reliquias que, procedentes de Roma, se depositaron en el convento mercedario en 1572. Bajo esta premisa, sustentada en la bibliografía referida al cenobio mercedario jerezano (Chamorro, Comino o Fariñas), se ha afirmado que la Sábana fue llevada nuevamente a Italia a fines del siglo XVII para ser tocada con la original. Esta última conjetura parte de la escritura pública de donación de la Sábana que realiza fray Ángel Alberto a favor del convento mercedario en 1686. Pese a que la referencia documental de esta donación es ofrecida por la citada historiografía sobre el convento de La Merced, el análisis directo de esta fuente no ha sido tomado en consideración a la hora de desenmarañar las incógnitas de la síndone jerezana.
En el documento, perteneciente al Archivo de Protocolos Notariales de Jerez (oficio 7, año 1686, 15 de diciembre, ff. 277-279v.), se lee lo siguiente:
“Sepan como yo fray Ángel Alberto religioso presbítero de la horden de nuestra señora de la Merced […] otorgo y conozco a favor del dicho mi convento y del muy reverendo padre fray Joseph Montero comendador de el y de los demás religiosos del dicho convento y digo que por quanto yo tengo una Sávana Sancta tocada con la original en que fue envuelto el santísimo cuerpo de nuestro señor Jesucristo quando por Joseph fue vaxado de la cruz, cuyo original en donde así se toco para oy en poder de su excelencia el Señor Duque de Saboya en la ciudad de Turín que es del dicho señor duque para que el dicho convento la aya en propiedad y pozession y use della como cossa propia teniéndola con toda veneración y decencia colocando la dicha reliquia en el altar de San Pedro Nolasco colateral de la capilla mayor haciéndole un retablo y en él un nicho en forma de sagrario donde esté la dicha reliquia con toda custodia […]”.
Este extracto del documento de donación diluye toda especulación en torno al origen de esta reliquia. Queda asentado, de este modo, que la Sábana era propiedad de fray Ángel Alberto y que fue él quien la dona a su convento en 1686, bajo una serie de condiciones, ya recogidas en los citados estudios. Unas condiciones que sólo un donante, como era fray Ángel Alberto, tendría la facultad legal para poder señalar.